Continuó sus estudios superiores en la Universidad de Granada: estudió Filosofía y letras y se licenció en Derecho. En la universidad hizo amistad con Manuel de Falla, quien ejerció una gran influencia en él, transmitiéndole su amor por el folclore y lo popular.

 

A partir de 1919 se instaló en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Juan Ramón Jiménez y a Machado, y entabló amistad con artistas como Buñuel o Dalí. En este ambiente de descubierta de las artes y su propia sexualidad (no era un momento fácil para la aceptación de su propia homosexualidad), Lorca se dedicó también a la música y el dibujo, y empezó a interesarse por el teatro. Sin embargo, su primera pieza teatral, El maleficio de la mariposa, fue un fracaso.

 

En 1921 publicó su primera obra en verso, Libro de poemas, aunque el reconocimiento y el éxito literario le llegaron con la publicación, en 1927, de Canciones y, sobre todo, con Mariana Pineda, un drama patriótico.

 

Entre 1921 y 1924 escribió una obra basada en el folclore andaluz, el Poema del cante jondo (1931), un libro ya más unitario y maduro, donde ya se observa lo que se convertiría en un rasgo característico del poeta: la identificación con lo popular. En 1928 con el Romancero gitano obtuvo un éxito inmediato. En él se funden lo popular y lo culto para cantar al pueblo perseguido de los gitanos, personajes marginales marcados por un trágico destino. Se podría decir que hasta este momento que dura lo que se conoce como su etapa neopopular.

 

A Lorca le dolió profundamente la opinión sobre el libro de sus dos amigos, Dalí y Buñuel. Dalí le llegó a escribir: “Tu poesía actual cae de lleno dentro de la tradicional […] ligada en absoluto a las normas de la poesía antigua”. Esto afecta mucho a que tenga lugar el cambio de estilo en su obra.

 

Lorca viajó a Nueva York en 1929 e inició así la etapa de influencia surrealista. Las impresiones que la ciudad le causó se ven en Poeta en Nueva York (publicado en 1949), un conjunto de poemas angustiante, donde denuncia la civilización urbana y mecanizada del momento. De nuevo en España, en 1932 Lorca fue nombrado director de “La Barraca”, compañía de teatro universitario que se proponía llevar a los pueblos de Castilla el teatro clásico del Siglo de Oro. Los últimos años de su vida los consagró al teatro, a excepción de dos libros de poesía: Diván del Tamarit, conjunto de poemas inspirados en la poesía arabigoandaluza, y el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1936), elegía dedicada a un amigo torero.